Pretenden que su abuelita se levante de su tumba y demuestre la propiedad

El alto valor que alcanzan los terrenos en el panteón central de esta capital, han sido el motivo de diversas irregularidades en la venta de lotes en las que participa el Registro Civil municipal y particulares, que violan la perpetuidad de las tumbas, que se han vendidos en dos y hasta tres
ocasiones.
Uno de los afectados por este tipo de “maniobras”, Rodrigo Rendón, relata que en su caso, el sepulcro en disputa, fue adquirido por su abuela hace más de medio siglo y de ello tiene documentos como la Escritura Primordial y certificados de Perpetuidad expedidos por el Registro Civil del municipio, sin embargo el terreno fue vendido a otros particulares que ahora demandan la posesión y pretenden que sean exhumados dos cuerpos, uno de los cuales fue sepultado hace ocho años.
Rodrigo Rendón, relató que el lote 2081, ubicado en el tercer cuadro del Cementerio Central y registrado en el acta número 9 del Registro Civil con fecha 10 de febrero de 1965, cuando era presidente municipal Elías Naime Nemer, está a nombre de su abuela Jovita Rodríguez, pero que hasta este año los derechos del mismo han sido cedidos en otras dos ocasiones por el Registro Civil municipal.
Informó que el 3 de noviembre del 2003 solicitó y le extendieron copia certificada de la escritura primordial, en la que las autoridades de entonces asentaron en ese documento que la propietaria del terreno seguía siendo Jovita Rodríguez.
Agregó que el 31 de octubre del 2003 sepultó en esa fosa 2081 a su hermana Inés Ortega Rendón y que el 8 de enero del 2008 solicitó la renovación, por segunda ocasión, de la escritura primordial, a nombre de su abuela Jovita Rodríguez.
Sin embargo, agregó que para entonces, resultó que ya había una nueva propietaria, Azucena Valdez Bautista, con domicilio en Altamirano 44 de esta capital, quien realizó el trámite de escrituración de ese mismo terreno, y le fueron concedidas las escrituras por el entonces oficial del Registro Civil, Guillermo Villalva Ruíz, siendo alcalde Efrén Leyva Acevedo.
Rodrigo Rendón dijo que Azucena Valdez, al enterarse de que en ese terreno estaba sepultada su hermana Inés, intentó sacar los restos, pero que no lo logró porque se le comprobó que la familia de esta contaba con la escritura primordial expedida por las autoridades en años anteriores y que, además, allí estaba sepultada, también su abuela Jovita, desde los años sesentas.
Y a pesar de la existencia de este primer litigio entre Rodrigo Rendón y Azucena Valdez, la actual administración municipal, autorizó el trámite de cesión de derechos de Azucena Valdez a Javier Rivera Salmerón. El documento fue firmado por el actual director del Registro Civil, Héctor Jesús Hernández Ramos, sin que conste que hubo pago alguno, admitió Rodrigo Rendón.
El afectado denunció que es así que de 1965 a este año el terreno de su abuela lleva ya 3 propietarios, y a los tres los derechos se los cedieron a perpetuidad.
Indicó que, en su caso pretendió hacer valer ante el Registro Civil municipal la perpetuidad del terreno a nombre de su abuela Jovita Rodríguez, pero la respuesta fue que no procede, “dicen que no me pueden hacer efectiva la perpetuidad, porque ésta se otorga mientras el propietario del lote está vivo”, lo cual consideró como una aberración y una mentira de los funcionarios.
Añadió que también acudió a la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos (Coddehum) a presentar una queja en contra de las autoridades municipales, pero que no se la aceptaron, argumentando de que se trata de un caso que data de hace muchos años.
Le recriminaron el no haber acudido “en su momento”, además de que como “legalmente” él no es el agraviado sino su abuela Jovita Rodríguez, le dijeron que tendría que presentarse ella a formular la queja… ¿?.
Esto es, los “genios” de Derechos Humanos lo que piden es que doña Jovita Rodríguez, se levante justamente de la tumba que hoy está en litigio, y en la que se encuentra sepultada desde hace 40 años.
Rodrigo, anunció que ahora acudirá al Tribunal de los Contencioso y Administrativo (TCYA), porque dijo que le preocupa lo que va a pasar con los restos de su hermana Inés Ortega Rendón, si el nuevo propietario de la nueva escritura Javier Rivera, quisiera utilizar el lote. “Los restos de mi abuela a lo mejor ya ni existen, pero los de mi hermana sí, apenas tiene 8 años sepultada”, dijo.
Como este caso existen decenas, muchos en tumbas que se quedan abandonadas por un largo tiempo y otros que han parado en litigios ante la autoridad judicial. (Abel Miranda Ayala)

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