La mortal combinación de fuego y gas acabó con una humilde vivienda

Abel Miranda Ayala


Al parecer una fuga de gas y el fuego de una veladora encendida fueron las causas del incendio que se registró la mañana de ayer en las inmediaciones de la calle Aldama de la Colonia Los Ángeles, en donde una vivienda y todo lo que se encontraba en su interior fueron consumidos por el fuego.

La vivienda es propiedad del señor Isidro Cabrera Abarca, quien cuenta con 70 años de edad, y la habita junto con dos menores de diez y 13 años, entre ellos la niña Concepción Cabrera Roque, quienes por fortuna, en el momento en que ocurrió el siniestro, ninguno se encontraba en la propiedad por lo que no hubo víctimas que lamentar.
La vivienda se encontraba marcada con el número 37 de la calle Aldama, y estaba construida con madera y lámina galvanizada, por lo que el fuego muy rápido se extendió y a pesar de que los bomberos estatales y municipales arribaron en pocos minutos al lugar, la casa fue reducida a cenizas, y en el interior perdió la vida un gato, mientras que los bomberos lograron rescatar vivo pero con severas quemaduras a un perro de la raza Rotweiller que se encontraba en la vivienda.
De acuerdo con los bomberos, la destrucción del cien por ciento de la vivienda no permite establecer a ciencia cierta cuál fue la causa del siniestro, pero por la experiencia previa que tienen, se presume que pudo haber sido una fuga de gas y una veladora encendida lo que inició el fuego y destruyó totalmente la vivienda y lo que se encontraba en su interior.
Aunque en la vivienda no había persona alguna los paramédicos de Protección Civil tuvieron que atender a un par de mujeres de las viviendas aledañas que se intoxicaron por el humo, sin que ninguna presentara complicaciones de consideración.
El director de Protección Civil municipal, César Mayares Salvador, indicó que las viviendas cercanas, construidas con tabique y concreto, no sufrieron ningún daño a pesar del intenso calor, por lo que las pérdidas materiales fueron sólo en la vivienda de don Isidro Cabrera, al que se le ofrecerá asilo en un refugio temporal mientras se revisa de qué forma se le puede ayudar para restablecer su vivienda.

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