LAS COSAS COMO SON

Por: Tomás Benítez Cano

APAPACHO A LOS DE SALUD
A ocho días de que el subdirector de Recursos Humanos de la Secretaría de Salud del estado, Alejandro Mendoza Pastrana, asegurara que por lo menos 700 médicos y enfermeras hacen falta en zonas marginadas de Guerrero, y que no hay presupuesto para la contratación de ese personal, el
gobernador Angel Aguirre Rivero ofreció aumentar el sueldo a los trabajadores del sector salud, en el marco del festejo del Día del Médico, para lo cual se necesitarían muchos miles de millones de pesos.
Aunque el gobernador Aguirre no especificó de cuánto y a partir de cuándo les llegaría ese aumento a los trabajadores de la SS, el ofrecimiento se antoja muy difícil de cumplirse en un corto plazo, porque además de esos 200 médicos y 500 enfermeras que hacen falta para reabrir casas y centros de salud que están cerrados precisamente porque no hay personal, se necesitan cuantiosas sumas de dinero para dotar de medicamentos a la red hospitalaria y a los centros de salud que hay en el estado, mismos que en este momento no tienen ni lo indispensable para atender una demanda de primeros auxilios, mucho menos para una atención especializada.
Según Mendoza Pastrana, tan sólo para medio subsanar actualmente la falta de personal médico se necesitarían más de 2 mil millones de pesos, que el gobierno del estado no tiene y la apuesta es que la Federación asigne mayores recursos al programa del Seguro Popular. De ahí que la oferta de aumento salarial que hizo el mandatario estatal tenga mucho tufo electorero, más que un soporte presupuestal.
Lo que debiera hacerse en el sector salud es una verdadera y eficaz planeación (pero quien si el titular del área no entiende nada de eso), con el fin de ordenar el desorden e ir solucionando las necesidades de acuerdo a su importancia, ya que no alcanzaría ningún recurso para resolverlas todas juntas. Qué sería lo más conveniente, contratar el personal que hace falta para reabrir los centros y casas de salud que no están prestando el servicio o contratar personal para los nuevos hospitales, aumentar salarios a los trabajadores o comprar medicamentos, construir nuevos hospitales o remozar y dignificar los ya existentes. No es fácil hacer a un lado alguna de estas prioridades, pero tampoco se pueden llevar a cabo todas juntas y al mismo tiempo, por la sencilla razón que no hay presupuesto asignado para ello.
Sólo como ejercicio de toma de decisiones, ¿se pospondría la reapertura de “las decenas de centros y casas de salud que están cerrados y hospitales básicos comunitarios que no están funcionando” (referidos por el ex conductor de noticias en radio, El Sur, 19 de octubre, pág. 10) o se dejarían de construir nuevos centros hospitalarios?
Por eso, más que voluntad y tomar medidas que arranquen el aplauso fácil y una predisposición a la hora de votar, el gobierno del estado tiene que actuar con mucha responsabilidad, porque en estos momentos el sistema de salud en el estado no existe. Al menos en Tierra Caliente --donde por cierto acaba de estar el secretario Lázaro Mazón, quien recibió infinidad de quejas sobre el deficiente servicio-- la población tiene que atenderse con médicos particulares, puesto que el centro de salud de Altamirano está en pedazos, el hospital de Coyuca de Catalán no está funcionando ni al 20 por ciento de su capacidad, en Tlalchapa las instalaciones sólo sirven para que uno que otro trabajador se vaya a dormir. Esas mismas condiciones privan en los otros municipios, donde las casas de salud de plano están cerradas.


S.O.S. A LA SCT


Antes de que sigan perdiéndose más vidas en “el retorno de la muerte”, ubicado en la carretera Chilpancingo-Petaquillas, enseguida del módulo de policía que está en el acceso a la colonia La Cinca, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes debe enmendar las burradas que cometió la empresa de los hijos de Martha Sahagún e hijastros de Fox, la cual hizo un retorno exactamente donde desemboca una calle. Así es que el individuo que quiera retornar, tiene que ponerse trucha con los carros que vienen a gran velocidad de Petaquillas, pero también deben de evitar chocar con los que se incorporan de la colonia Villas Vicente Guerrero, y por si fuera poco, ahí, mero ahí, se paran las malditas combis a levantar pasaje. Consecuencia de ello, un sinfín de accidentes.

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