LAS COSAS COMO SON…

POR: Tomás Benítez Cano


UNA LINTERNITA EN LA OPACIDAD GUERRERENSE
En un contexto estatal de opacidad generalizada y una nula cultura de rendición de cuentas, el pasado 23 de septiembre, el gobierno del estado entregó su cuenta pública correspondiente al primer cuatrimestre de ejercicio gubernamental a la Auditoría General del Estado, cumpliendo en tiempo y forma con una
obligatoriedad constitucional.
Si no fuera porque en Guerrero hasta el propio Congreso del Estado – que es el que por ley vigila la aplicación de los recursos públicos-- no le rinde cuantas a nadie y desdeña la transparencia y por lo mismo ocupa el segundo lugar en opacidad a nivel nacional o el sitio 31 en una escala del 1 al 32, donde el primero se considera muy transparente (según estudio del periódico Reforma del 18 de septiembre), la entrega de la cuenta pública del gobierno estatal no tendría nada de extraordinario ni valor periodístico siquiera, pero ante el cochinero financiero que dejó el zeferinato y las ya abultadas denuncias penales en contra de alcaldes bandidos que no entregaron esas cuentas públicas, el hecho adquiere otra dimensión.
Como si en nuestro estado no existieran amargas experiencias en cuanto a los malos manejos de los dineros del pueblo o como si fuera una tarea que todo mundo cumple, el hecho de la entrega de la cuenta pública pasó desapercibido hasta para los analistas y el periodismo de opinión, es más, ni la propia Secretaría de Finanzas le dio la importancia que reviste dicho acontecimiento, ya que la entrega la hicieron los subsecretarios y no el titular.
Si el gobernador Aguirre ha reiterado que uno de los aspectos que caracterizará y distinguirá a su gobierno será precisamente la honestidad y el buen uso de los recursos públicos, sus colaboradores hubieran aprovechado al máximo ese hecho de rendirle cuentas al Congreso, a través de la AGE, pero a nadie se le alcanzó cacaraquear ese huevo.
Es cierto que la sola entrega de la cuenta pública no quiere decir que el gobierno del estado está haciendo las cosas con absoluta rectitud y honradez, porque falta que la AGE revise y dictamine, para que posteriormente y con base a ello el Congreso apruebe o desapruebe la multicitada cuenta pública. Pero de inicio, es una excelente señal de querer transitar por el camino de la legalidad y la transparencia, que tanta falta le hace a la entidad.
Esperemos que el auditor general Arturo Latabán López esta vez sí revise lo entregado por el gobierno del estado y no se haga de la vista gorda como lo hizo con los desfalcos en la SEG, cuando fue contralor de esa dependencia.

O SE ACLARA O SE ACLARA…

La parte del autor intelectual del asesinato del diputado federal Moisés Villanueva tendrá que ser esclarecida lo antes posible, porque de lo contrario, el procurador Alberto López Rosas meterá en un serio problema de credibilidad al gobierno del estado, amén de que la exigencia de justicia por parte de los priistas cada vez más se trasladará al terreno político, con la obvia intensión de sacar ventajas ante la cercanía del próximo proceso electoral.
Desgraciadamente fue el propio procurador López Rosas quien se metió en esta encrucijada, ya que nadie lo obligó a que diera referencias de supuesto autor intelectual del cobarde asesinato, cuántas veces no aducen que para no entorpecer las investigaciones se reservan dar detalles sobre las mismas. Pero no, esta vez se le quemaban las habas al fiscal guerrerense por llevarse una palomita ante tantos taches. Sin embargo, ese afán de ganarse los aplausos por el rápido esclarecimiento de la muerte del legislador federal, ya puso en alerta y en son de contraataque al supuestamente autor intelectual: el presidente municipal de Tlapa, Willy Reyes Ramos.
El problema no es menor, porque el procurador inculpó al alcalde por un dicho que un asesino dijo que le dijo otro asesino, y otra vez, cuántas veces no han manifestado las autoridades judiciales que no se puede creer a pie juntillas lo que dice un delincuente.
Por eso, ahora el procurador tiene que demostrar pronto la culpabilidad de Willy Reyes, porque si sale con la jalada de que siempre no fue él, el duro golpeteo será para su jefe, ya que se inferirá que le dio protección al munícipe. Así es que…

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