Artesanos hacen una cruzada en defensa del maíz criollo

Con un ritual prehispánico, una exposición fotográfica y una conferencia, la Organización Calpulli Tecuanichan, demandó ayer al gobierno que no permita que se sigan destruyendo las semillas criollas, especialmente la del maíz, y que rechacen el uso de productos transgénico que afectan la salud del ser
humano y destruyen el ambiente.
La conferencia sobre los transgénicos estuvo a cargo del médico Veterinario, Gustavo A. Luna Blas, quien abordó el tema, de manera genérica, pues incluso no tuvo la oportunidad de proyectar material de apoyo que se había preparado, pues no se dispuso de pantalla para ello.
Ahí explicó que un transgénico es la modificación de una parte del ADN de una especie animal o vegetal para modificar con ello algunas características que por ejemplo en el caso del maíz permiten tener una mayor producción, con menor cantidad de agua, o sin tanto fertilizante.
En la exposición se integraron fotografías diversas en las que se presentan imágenes de plantas de maíz, de algunas localidades donde se practica la siembra agrícola y de un ritual de petición de lluvias en el cerro del Cruzco en Zitlala.
El acto estuvo encabezado por la presidenta de la organización, Eva Rodríguez, y en representación del gobierno estatal Humberto Calvo Memije, quien es director de agricultura de la Secretaría de Desarrollo rural.
Cabe destacar que los organizadores de las actividades en defensa del maíz criollo y repudio a los transgénicos son los vendedores de artesanías que por muchos años ocuparon parte de la plaza cívica para expender sus productos y recientemente fueron reubicados al interior del Casino del Estudiante, todos ellos comerciantes y ninguno se ha dedicado nunca a la producción agrícola.
Los eventos iniciaron con un ritual o danza prehispánica en la que se pide permiso al dios Centeotl, para desarrollar este acto, dios que contrario a la mayoría de las deidades prehispánicas no dominaba un elemento de la naturaleza como el viento la lluvia, el sol o la tierra, sino que es la deidad que representa simplemente al grano de maíz que fue y sigue siendo un cereal muy apreciado por sus propiedades.
Las actividades se encuadraron en el marco de la campaña nacional “Sin maíz no hay país” que impulsan diversas organizaciones agrícolas del todo el territorio nacional. (Abel Miranda Ayala)

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