LAS COSAS COMO SON…

POR: Tomás Benítez Cano

OTRO ENCONTRONAZO POLITICO
Como consecuencia de la muerte del diputado federal Moisés Villanueva de la Luz, el priismo de Guerrero se lanza en contra del gobernador Angel Aguirre Rivero, a quien en un desplegado le reclama enérgicamente el no haber atendido con oportunidad la solicitud de audiencia que, en diversas
fechas y por diversos medios, le planteó la fracción de diputados federales de ese instituto político para tratar asuntos sobre la inseguridad en la entidad y la desaparición del legislador de la Montaña, ocurrida el 4 de septiembre del año en curso. Sobre estos hechos, el PRI pide, además, que se investigue a Socorro Sofío Ramírez Hernández, actual secretario de Desarrollo Rural del gobierno del estado, porque presionó políticamente al difunto para tratar de subordinarlo a sus intereses personales.
El impacto de la virulenta reacción del PRI-Guerrero por supuesto que logró cimbrar a las estructuras del poder en la entidad, a tal grado que ayer mismo tanto el gobernador Aguirre como el secretario Sofío negaron lo que respectivamente se les responsabilizaba en el desplegado de referencia. El que el titular de la SEDER haya acudido a la conferencia de prensa arropado por otros funcionarios del gobierno del estado y por todos los de su dependencia, tiene varias lecturas, pero las más evidentes son: que la guerra priista no es en contra de Sofío ni del PRD, sino del Ejecutivo; que el gobernador entendió el mensaje y no va a dejar solo a su funcionario, de ahí los refuerzos que llevó a la citada y multitudinaria conferencia.
Pero la muerte del legislador federal Villanueva sólo vino a acelerar lo que ya se empezaba a vislumbrar: la ruptura total entre el aguirrismo y el priismo resentido, y cuyos iniciadores fueron los Figueroa, concretamente los dos Rubenes (perdón por el plural), padre e hijo, quienes han picado en la mera llaga: la inseguridad incontrolable que vivimos los guerrerenses; en esa ruta (para no descuadrar) también estaba la supuesta rebeldía del alcalde Héctor Astudillo de no acudir a los eventos organizados por el gobierno del estado.
Si no fuera porque a lo lejos se percibe el tufo electorero y un imperdonable oportunismo político que los dirigentes priistas le están dando a este caso particular, seguramente que la ciudadanía aprovecharía la coyuntura para exigir mayor seguridad, pero como olfatea que hay carga política, lo más probable es que se mantenga al margen de este conflicto y sea parte del nutrido espectador. Han pasado ya varios años que en Guerrero diario hay muertos y más muertos, pero la dirigencia que encabeza Efrén Leyva Acevedo hasta ahora, cerca del proceso electoral, se le ocurrió enarbolar esta bandera.
Aunque es hasta en el último párrafo de su desplegado, los priistas se quieren congraciar con los paisanos: “Ante este clima de inseguridad que lastima a las familias guerrerenses, donde diversos sectores de la población son víctimas constantes de amenazas, extorsiones y asesinatos, exigimos garantías para toda la sociedad guerrerense”. La pregunta es por qué hasta ahora esa exigencia. En el gobierno del nefasto Zeferino Torreblanca Galindo hubo centenares de asesinatos, secuestros, extorsiones y mucha impunidad, y en lugar de demandar la acción de la justicia y mayor seguridad, Efrén Leyva, a nombre del PRI, le externó un reconocimiento a tan odiado personaje.
Qué bueno que los partidos políticos de oposición, como en este caso lo es el PRI en Guerrero, estén atentos de las deficiencias y yerros de los que son gobierno para que las cosas mejoren, pero lo que es cuestionable es por qué siempre se les ocurre cuando va haber elecciones. Esa actitud demandante debe ser permanente no coyuntural.
En este mismo espacio criticamos la actitud pasiva y complaciente que mostró el dirigente del CDE del PRI con algunas prácticas nocivas que se dieron en la conformación del gabinete del actual gobierno, incluso, alertamos que mejor la Padierna vertió críticas que los priistas, Aquel silencio y la virulenta actitud actual de don Efrén se prestan al sospechosismo.
Y como en política todo tiene un mensaje, el secretario Sofío se refirió por su nombre, en este orden, a Efrén Leyva, Héctor Astudillo, Cuauhtémoc Salgado y a Héctor Vicario, pero no mencionó el de Manuel Añorve Baños, descífrelo usted mismo…

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