LAS COSAS COMO SON…

Por Tomás Benítez Cano

¿QUIEN LE AYUDA A AGUIRRE?
El paro de los maestros a consecuencia de la inseguridad que priva en sus centros de trabajo vino a empeorar la situación de apremio que estamos viviendo los guerrerenses, lo que obliga al Ejecutivo a tomar medidas drásticas y urgentes antes de que sea demasiado tarde evitar que se generalice esa
percepción de que da lo mismo de que sea uno u otro el gobernador, que al fin y al cabo las cosas siguen igual o peor.
Lejos de asumir aquella cuestionable expresión salinista de ni los veo ni los oigo, el gobierno del estado debe de poner toda su atención y hacer todo lo que esté a su alcance para parar y revertir esas voces –por el momento aisladas-- que ya empiezan a denotar desencanto y decepción ante la falta de un cambio de dirección en la marcha de la administración.
A casi seis meses o medio año de que el actual gobernador tomó posesión como tal es urgente pasar de un gobierno de los anuncios a un gobierno de hechos, de acciones concretas y de resultados, porque la percepción ciudadana de que nada ha cambiado comienza a extenderse a lo largo y ancho del Estado y en los distintos estratos sociales, situación que se aprovechará por los adversarios entre más se acerquen los tiempos electorales.
Por supuesto que la ancestral pobreza y falta de oportunidades, la escandalosa corrupción y el cochinero financiero del zeferinato, la brutal y extendida inseguridad y un ofensivo alto índice de desempleo, no son flagelos que se hayan gestado o sembrado en este incipiente gobierno, pero había la esperanza de que ahora sí se combatieran hasta reducirlos a su mínima expresión. En otras palabras, y para des fortuna del gobierno aguirrista, le tocó recibir la mala cosecha de lo que otros mal sembraron, situación que a la ira ciudadana no le permite diferenciar del todo por la urgencia de tener resultados y un cambio a la voz de ya.
Lo peor de ello, es que en algunos renglones el Ejecutivo estatal tiene muy reducido el campo de maniobra --por los tiempos legales-- para tomar decisiones que le den otro rumbo y otro sello característico a su gobierno. Por ejemplo, por justicia a los guerrerenses, por cumplimiento a la ley y por conveniencia de imagen, ya se hubieran encarcelado a varios ladrones del zeferinato, pero hay que esperar los plazos que marcan las leyes. Tampoco se pueden erradicar la pobreza y la inseguridad de la noche a la mañana y con puro voluntarismo, se necesitan otro tipo de recursos que no se tienen y que nunca serán suficientes.
Pero lo que sí puede hacer el gobernador Aguirre es cambiar a los integrantes de su gabinete que en estos casi seis meses lo único que han demostrado es ineficiencia, corrupción y distracción, según la denuncia del dirigente del grupo Cuicalli, Adolfo Chávez , ante el propio mandatario hace unos cuantos días en un encuentro que tuvieron en esta capital.. Por donde quiera que se le vea, no es justo que mientras el Ejecutivo anda para arriba y para bajo resolviendo problemas, la mayoría de sus funcionarios anden más movidos pero para alcanzar una candidatura a algo, como tan poco se vale que otros se pierdan en la mediocridad y el desconocimiento de lo que tienen en sus manos.
Tanto a esos insaciables que se pasan de listos como a los mediocres que ni la cabeza asoman, el gobernador los debe de echar porque la factura no la van a pagar ellos (y menos si alcanzan el hueso que andan buscando) sino que los guerrerenses se la cobrarán a él, como le está sucediendo al nefasto de Zeferino Torreblanca Galindo, quien, por supuesto, no se robó solito tantísimo dinero sino que hubo otros involucrados, pero el costo y el desprestigio solo él lo está pagando.
Si de parte de sus colaboradores no ha habido ética ni honestidad para separarse a tiempo para buscar otra posición, el mandatario estatal debe tomar la iniciativa y cambiarlos a la voz de ya, porque se pierde mucho tiempo en la simulación y la situación no está para bollos. Solo por dar algunos nombres, ustedes creen que el ensoberbecido e ineficiente David Jiménez Rumbo está cumpliendo a cabalidad su función como secretario de Desarrollo Social cuándo le dedica más tiempo a las actividades políticas para alcanzar la candidatura perredista a la alcaldía de Acapulco.
Por qué no pedirle su renuncia a Beatriz Mojica Morga al membrete de Fortalecimiento Municipal para que continúe desempeñando su función de ajonjolí de todos los moles y deje de usurpar funciones con tal de salir en la foto y ser la protagonista principal, como en el panfleto que mandó imprimir por los cien días del gobierno aguirrista, el cual, por cierto, a todos los hogares de la Tierra Caliente se les obsequió, como si se tratara de una obra de arte. Si, como lo dice sin recato, ya tiene asegurada la senaduría por la jalada esa de equidad de género, entonces para qué tanto sainete.
Así como los anteriores funcionarios, están los del sector Salud (como10), los de Desarrollo Rural (como 12), Procuraduría, Seguridad Pública, todos con un pie adentro y el otro afuera, lo que por sentido común se deduce que no están rindiendo lo que demandan las circunstancias que vive Guerrero. Como dicen en mi pueblo: estos cínicos quieren chiflar y comer pinole, exactamente lo que antaño criticaban hasta el hartazgo.

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