LAS COSAS COMO SON…

POR: Tomás Benítez Cano

QUE SIEMPRE SI HAY INSEGURIDAD EN ESCUELAS.
El dicho popular que vaticina que siempre es mejor hablar con el dueño del changarro que con los dependientes, se confirmó con el caso de los maestros que están en paro por la inseguridad que merodea a sus centros de trabajo. Cuando se reunieron con los ayudantes y colaboradores del
gobernador Aguirre, los educadores no recibieron más que amenazas, y cuando dialogaron directamente con el Ejecutivo se les propuso que regresaran a sus aulas pero con el resguardo de un amplio programa de seguridad y protección a su integridad física, además que se les ofertó no realizar ningún descuento salarial, que era el arma de presión de los ineficientes secretarios de despacho.
Contagiados de esa conducta de negar las evidencias, de decir que no pasa nada cuando hay tanta revuelta, de minimizar los problemas supuestamente para no provocar sicosis, primero fueron la secretaria de la SEG, Silvia Romero Suárez, y uno de sus subsecretarios, quienes enfrentaron el problema del paro de los maestros negando su magnitud y su razón de ser. Sin embargo, el paro generalizado los puso en su lugar y no les quedó más que doblar las manitas.
Rebasados los funcionarios de la SEG, entraron en auxilio los titulares de las áreas de seguridad y justicia del gobierno estatal, concretamente Ramón Almonte y el procurador Alberto López Rosas, quienes haciendo gala de su rudeza de plano emplazaron a los maestros de la Subcoordinación Regional de Acapulco a que retornaran a clases porque no tenían razón de que había inseguridad, es más, los dos servidores públicos parecían discos rayados manifestando que no existía ninguna denuncia o hecho que comprobara el decir de los mentores.
En pocas palabras, para el secretario de Seguridad Pública y para el procurador como no hay denuncias ni pruebas, no hay inseguridad en las escuelas de la zona de Acapulco y Coyuca de Benítez. Cuando los maestros de otras regiones también se quejaron de que han sido amenazados y extorsionados por la delincuencia organizada o por simples vivales, los funcionarios como que cambiaron la estrategia, pero no para bien, sino para empeorar las cosas, porque de la negación del problema pasaron a las amenazas de descuentos salariales.
En lugar de dialogar y convencer, los funcionarios de Educación, de Justicia y Seguridad Pública, reforzados por el propio secretario General de Gobierno, Humberto Salgado Gómez, convinieron acabar con el problema a través de los descuentos salariales, por lo que hasta fechas fatales pusieron.
Gracias a la sensatez de alguno de los asesores del gobernador o a su experiencia y olfato político, cuando ya se aprestaban a realizar los multicitados descuentos, apareció la gran idea: hay que pedirles que regresen a clases pero ofreciéndoles un programa concreto de seguridad, y así fue. El propio gobernador encabezó la presentación de ese conjunto de medidas para proteger a los educadores y hasta una conferencia de prensa ofreció. Y por si fuera poco, ante el disque líder del SNTE, Emiliano Díaz Román, el mandatario estatal aseguró que no se llevarían a cabo los famosos descuentos.
Total que fue mejor la presentación del programa “Escuela y Comunidad Segura” que ese mecanismo rudo de pegarle a los bolsillos de los maestros, a quienes los mañosos los quieren descontar y los funcionarios estatales les quieren descontar. Pobres, entre descontón y descontón a dónde van a ir a dar.


Moraleja: Negando o minimizando los problemas, lejos de solucionarse se complican.

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