Facinerosos asesinaron a un hombre y violaron a su hija en Quechultenango

*Lo mataron de madrugada en el patio de su casa y raptaron a la
jovencita que regresó a su casa a eso de las ocho de la mañana


Con disparos de escopeta, un campesino fue asesinado en el patio de su casa, en Quechultenango; los delincuentes raptaron a la hija del ejecutado, la mantuvieron cautiva por varias horas y finalmente, después de ultrajarla, la dejaron en libertad.

El homicidio del campesino ocurrió ayer cerca de las tres de la madrugada; versiones extraoficiales señalan que el hombre salió de su hogar para hacer sus necesidades fisiológicas en un rincón del patio, cuando, al menos dos personas le dispararon a corta distancia, asesinándolo.
El ahora occiso, identificado como Celerino Miramontes Campos tenía su domicilio en las orillas de la colonia “San Sebastián” que se ubica de lado de un camino de terracería y, al ser acribillado cayó al suelo y murió instantáneamente.
Sus atacantes al percatarse que ya estaba muerto, se metieron a la casa y tomaron por la fuerza a la hija de 17 años del ahora occiso, se la llevaron caminando hacia un cerro en donde, según se dijo, la atacaron sexualmente.
Saciados sus bajos instintos, los criminales la dejaron en libertad, tras mantenerla cautiva por espacio de unas cinco horas; alrededor de las 8 horas de ayer martes la menor llegó por su propio pié hasta su casa.
Las autoridades investigadoras la interrogaron respecto a si podía mencionarles la identidad de los asesinos y violadores para proceder a su captura, pero ella no quiso revelarles tal información argumentando que fue amenazada de muerte, junto con el resto de su familia.
Un auxiliar de la Agencia del ministerio Público del Fuero Común junto con peritos de la Procuraduría General de Justicia iniciaron las diligencias de ley y, dos metros en donde se encontraba el cuerpo de Celerino Miramontes Campos, encontraron dos cascajos de escopeta calibre 12.
En ese mismo lugar, fue entregado el cadáver, ya que sus familiares y su esposa del ahora occiso, Elena Castro Morales, dijo que no tenía recursos económicos para andar en Chilpancingo, por lo que un médico legista le hizo un reconocimiento externo al cadáver del campesino y expidió el certificado de defunción.

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