LAS COSAS COMO SON…

Por Tomás Benítez Cano

A RIO REVUELTO…
El médico Víctor Mojíca Wences quiere ser presidente Municipal de Pungarabato por tercera vez, y aunque legalmente no está impedido, sí es muy cuestionable la forma como quiere alcanzar su propósito. Hacer leña del árbol caído es inmoral y corriente, sobre todo, cuando él mismo contribuyó a que ese árbol frondoso esté
ahora por los suelos.
La oferta propagandística que está haciendo el jefe de la Jurisdicción Regional de Salud en la Tierra Caliente, Víctor Mojica Wences, es que él garantiza la seguridad física y patrimonial de los altamiranenses, la cual está como está, según sus propias palabras, por la incapacidad de las actuales autoridades municipales.
Si así de fácil fuera el remedio para acabar con tanto daño que le ha causado la violencia al otrora poderoso Altamirano, estoy cien por ciento seguro que los actuales gobernantes se harían a un lado antes de concluir su período para que entrara EL SALVADOR. Al desmemoriado galeno se le olvida que ya fue presidente municipal dos veces, o sea, seis años, y que por lo tanto tiene mucho qué ver en lo que le está pasando al municipio.
Ciudad Altamirano no es un dibujo para que demagógicamente Mojica Wences diga que antes era blanco y que ahora está pintado de rojo. Lo que vive esa localidad no se generó ayer o hace dos años, es producto de más de tres décadas llenas de complicidades, corruptelas, omisiones, impunidad y protección a los malhechores.
De todos los presidentes municipales que ha tenido el llamado centro comercial o corazón de la Tierra Caliente, solo DON Eduardo Bahena Bahena (así con mayúsculas) tuvo los tamaños para reconocer y denunciar ante los medios de Comunicación de que “Ciudad Altamirano era un lavaderote” y que en sus calles se paseaba mucha gente rara. Lo anterior, le costó al entonces alcalde un regaño del gobernador en turno y que lo mandaran traer del CICEN, porque en esos tiempos –a finales de los 80-- no se podían ventilar esas cosas en público, mucho menos en la llamada prensa nacional.
Otro caso lleno de valentía fue el del ex presidente municipal de Arcelia, Nicanor Adame, quién hace no más de tres años, en plena exaltación de la violencia, pidió a la PGR que cambiara a su subdelegado “porque estaba bien coludido con el narcotráfico”, acción que, por cierto, le andaba costando la vida al llamado Nica, actual funcionario de la SEG. De ahí en fuera, respecto a este flagelo, nadie ha dicho esta boca es mía, por lo que no sobra recordarle al perredista Mojica que el llevársela de a muertito o hacerle al ciego, como él lo hizo, no lo exime de responsabilidad de lo que ahora se registra en nuestro querido Altamirano.
Por lo demás, si el dos veces primera autoridad de Pungarabato quiere competir y está seguro de ganar, pues que se lance, la ley no se lo impide. Quienes sí pudieran hacerlo, dentro de su propio partido el PRD, son el diputado Miguel Angel Albarrán o Ambrosio Soto Duarte, que también han expresado su querer. Ya en la constitucional, si pasa, y si el PRI le apuesta a caras nuevas y honradas, tendrá un hueso duro de roer. Es sorpresa.
UNA DE PILON
Ni cómo ayudarlo. En lugar de demostrar su crecimiento como político y como funcionario público, David Jiménez Rumbo, actual secretario de Desarrollo Social del Gobierno del Estado, cada día dice más y peores barbaridades. Además de recomendar que los niños indígenas de Malinaltepec deben de tener cuidado con la carne, cuando su dieta alimenticia es de tortilla con sal, y que por eso se han muerto más de 25 en los últimos dos años, el sesudo servidor público dice que en Acapulco “tenemos productores de pollo que contaminan más niños que El Chapo Guzmán”. ¡Qué joyas de declaraciones, dignas para la posteridad!

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