LAS COSAS COMO SON…

Por Tomás Benítez Cano

VIVEROS ABANDONADOS
Como ya se iban y ya se habían embolsado el presupuesto, el ex titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMAREN), Sabás de la Rosa Peláez, ordenó a los trabajadores de los 21 viveros que el gobierno estatal tiene en toda la entidad que guardaran el equipo, las herramientas, vehículos y
maquinaria, porque la administración zeferinista no iba a sembrar ni a producir ninguna planta en la temporada de lluvias que se avecinaba, que en todo caso lo hicieran quienes estaban arribando al poder, o sea, el gobierno aguirrista.
Sin embargo, la nueva administración no encontró recursos financieros para ello. El ahora secretario de la SEMAREN, Carlos Toledo Manzur, claudicó de inmediato y se resignó a que en este ciclo de lluvias –donde es mucho menor el costo de producción de un arbolito-- los 21 viveros no producirían ninguna planta, porque además de la falta de presupuesto, Sabás de la Rosa Peláez no había comprobado montones de dinero en la CONAFOR, por lo que esta dependencia federal no le ha soltado un peso al estado.
Tan precaria es la situación de la SEMAREN que a los trabajadores de los viveros no les han pagado desde el primero de abril, debido al mismo argumento: no hay lana, o mejor dicho, sí hay, pero primero tienen que comprobar lo que les ha otorgado la CONAFOR, porque por el lado del gobierno estatal nomás no fluyen los recursos.
Aunque uno no quisiera recordar ya las marranadas del sexenio de Zeferino, éstas brotan por donde quiera, por más de que algunos funcionarios actuales le hagan al discreto o quieran evitar el escándalo, como es el caso de Toledo Manzur, quien le pide a los trabajadores que no hagan olas, que aguanten, que ya mero llegan los billetes para pagarles.
Por necesidad del bendito trabajo, los empleados de los viveros pueden aguantar sin hacer alharaca, pero ¿eso bastaría para que el señor Toledo Manzur no denuncie el daño patrimonial y los quebrantos financieros que encontró en la SEMAREN? Pues que tenga mucho cuidado, porque también por complicidad u omisión se peca y se comete delito.
Y así como están de erosionados los suelos de Guerrero, sí que es un pecado y un delito dejar de producir y plantar millones y millones de arbolitos. No más para darnos una idea, todo según información de los propios trabajadores, tan sólo el vivero de la colonia La Cinca, aquí en Chilpancingo, en este período de lluvias dejó de producir dos millones de plantas de diferentes especies, a éstas sumémosle lo que sacan los otros 20 espacios y estamos hablando de cantidades enormes, por lo que no es menor el asunto en comento. Como experto y conocedor de la materia, el señor Manzur tiene la obligación moral de denunciar esta grave irregularidad, y como funcionario público tampoco le queda otra más que poner la querella contra quien haya saqueado o no haya comprobado el presupuesto de la SEMAREN.
Paralelo a las denuncias contra quien resulte responsable, es urgente buscar los recursos para poner a producir estos viveros, ya que la imagen que dan, cuando menos el de la Cinca que vemos diario, es de lástima y abandono. Ahora que si les sale más caro el caldo que las albóndigas, es decir, que sea más caro producir la planta que comprarla a particulares, pues no hay mejor coyuntura para tomar decisiones, no más que éstas no deben atropellar los derechos de los trabajadores, que ya de por sí tienen siete quincenas que no cobran.
LA DEL PILON
Aunque el evento del 229 aniversario del natalicio del General Vicente Guerrero Saldaña, en Tixtla, debió de ser totalmente cívico, en los hechos fue netamente político y con sello perredista, de ahí que no haya explicación convincente de la presencia de algunos alcalde priistas, como el de Pungarabato y Técpan de Galeana, Gustavo Juanchi Quiñones y Nadín Torralba, respectivamente, a quienes los organizadores los tuvieron parados y en el sol caliente como cualquier hijos de vecino. Los chorros de sudor que arrojaron, ojalá les enseñe que cuando no eres de la misma manada, no hay calorcito ni privilegios, por el contrario, como que apestas.

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