LAS COSAS COMO SON…

Por Tomás Benítez Cano.

RELACION ENTUMIDA
Al igual que el domingo, en la clausura de la deslucida y desolada feria del pozole y el mezcal, ayer tampoco acompañó al gobernador Angel Aguirre Rivero el alcalde Héctor Astudillo Flores a la inauguración del distribuidor vial de Tierras Prietas y la ampliación de la carretera Chilpancingo-Zumpango, acto al que asistió
el secretario de la SCT Dionisio Pérez Jácome, en representación del presidente de la República Felipe Calderón.
Como ya es conocido por quienes leen o andan en el ámbito de la política local, la relación Aguirre—Astudillo no es buena desde el proceso de selección de candidato del PRI al gobierno del estado. De allá a la fecha ha habido intentos de recomponerla, “por el bien de Chilpancingo”, sin embargo, ha sido más el distanciamiento que la cercanía. De ello hay registro y evidencias, que no detallaremos por el espacio.
Fueron diversos los comentarios y las manifestaciones de que sí o no asistiría Astudillo a la inauguración de las obras ya mencionadas, sobretodo porque haría acto de presencia un secretario de la Federación a quien en corto le podría sacar un dinerito para alguna carretera a la sierra. Total que el alcalde no llegó, por lo que la especulación y las apuestas morbosas se hicieron para el 13 y 15 de septiembre, actos a los que obligadamente tienen que aparecer juntos.
Algunos políticos y periodistas coincidieron ayer que el gobernador y el presidente municipal capitalino podrán estar juntos en las ceremonias del Primer Congreso de Anáhuac y el Grito de Independencia, por cuestiones republicanas, pero que la relación seguirá tensa, con vaivenes y altibajos, porque ya inició la disputa por Chilpancingo, donde uno y otro quiere imponer al que será la próxima primera autoridad de aquí.
Aunque lo anterior ya lo habíamos ventilado con toda anticipación en este espacio, ahora a esta disputa –para darle mayor realismo-- se le agrega uno de los ingredientes que le da mayor sabor: la atención a los periodistas y a los medios de comunicación. En los últimos eventos, que han tenido por separado, tanto el Ayuntamiento como el gobierno del estado han privilegiado, ahora sí, la presencia de los comunicadores; con estilos diferentes pero es evidente el interés mostrado por ambos niveles de gobierno para ganarse la simpatía de la prensa.
Si la ausencia de Astudillo a las inauguraciones de ayer provocó comentarios, también los hubiera propiciado su asistencia, porque una reconciliación política también es noticia, sobre todo en tratándose de dos ex compañeros de partido, quienes mutuamente, en diferentes momentos, se negaron el apoyo para alcanzar la nominación a candidatos al gobierno del estado por el PRI.
Otro aspecto que evidenciaron los eventos de ayer es que por más importantes que sean socialmente, como el aludido, de hoy en adelante todos serán utilizados como pasarelas políticas, como escenarios de exhibición electorera, como una oportunidad de salir en las fotos y ser entrevistado por los periodistas. Todo mundo (me refiero a los políticos) anda de saludador, todos quieren que el maestro de ceremonias los mencione una y otra vez, hasta mandan a sus achichincles para que presionen, como sucedió con una guapa mujercita que se encabritó porque no anunciaban la llegada de su jefe el contralor Julio César Hernández, o como el chalán del presidente municipal de Chichihualco que de plano le ofreció una “bien fría” al del micrófono si voceaba a su chif. O como los ayudantes de otros funcionarios que preguntaban a los periodistas si no les interesaba una entrevista con sus patrones, “te lo pongo de a pechito”.
Bueno, hasta el propio gobernador contribuyó a darle un sello futurista a la inauguración del distribuidor vial de Tierras Prietas, la carretera Chilpancingo-Zumpango y el puente elevado de esta última localidad, en las que se invirtieron casi 500 millones de pesos por parte del gobierno federal, al destacar la gestión que en su momento realizaron los diputados Mario Moreno Arcos y Jorge Salgado Parra, a quienes la concurrencia ubicó en automático como los gallos de Aguirre para la presidencia de la capital, obviamente uno por el PRI y el otro por la coalición.
Acertadas o desacertadas, productos del análisis o de la pasión, lo cierto es que ya todo mundo empieza hacer sus propias lecturas políticas y trata de “vendérselas” o compartirlas a quien lo quiera escuchar, lo que es un reflejo inequívoco de que ya estamos inmersos en el proceso electoral del 2012, aunque unos “discretos” quieran negarlo.

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