Barriendo calles y banquetas, los normalistas piden más espacios

Alumnos de la Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, de Chilpancingo y los aspirantes a ingresar en esa institución que fueron rechazados por no haber espacios disponibles, marcharon ayer por las principales calles de la ciudad, en demanda de que se reintegren al plantel 30 matriculas que fueron congeladas durante la
administración anterior.
A diferencia de otras protestas de los normalistas, en esta ocasión no se dedicaron a destruir o pintarrajear lo que encontraron a su paso, sino que ahora se volvieron ecologistas y, cuidadosos del medio ambiente que son, marcharon barriendo calles y banquetas.
Los manifestantes indicaron que en la normal hubo más de 300 rechazados, que en su mayoría son jóvenes de muy escasos recursos, quienes al no poder entrar a este sistema de internado, simplemente no podrán continuar con sus estudios, por ello es que demandan a la Secretaría de Educación Pública que se reactiven las 30 matriculas que se congelaron, pues ello dará oportunidad a 30 jóvenes de tener una oportunidad de superarse.
Antonio García Bello, vocero de los estudiantes de Ayotzinapa, mencionó que durante la administración anterior “nos redujeron la matrícula estudiantil de 170 a 140 espacios, perjudicando a decenas de hijos de campesinos, impidiéndoles cursar su carrera de maestro, y como entendemos que ahora el gobierno de Angel Aguirre Rivero, se autoproclama como de izquierda, le pedimos que sea consecuente con lo que dice”.
El dirigente estudiantil manifestó que la propuesta es que las 30 matrículas que demandan se distribuyan en las licenciaturas de Primaria, y la de Educación Física “en el examen pasado solamente fueron aceptados 140 aspirantes, de un total de 410 estudiantes “una demanda más es que los compañeros que no aprobaron el examen que se les reubique en otras normales, como la de Tlapa, y las de esta capital”.
Se requiere ampliar la matrícula estudiantil “y sobre todo que no se privatice la educación, además de que nos enteramos al través de los medios de comunicación que decenas de maestros no van a regresar a sus centros de trabajo ubicados en las zonas de la Sierra, Costa Grande, y Tierra Caliente por la violencia que ahí permanece, y por eso pedimos espacios para los hijos de campesinos, que sí queremos trabajar en cualquier lugar que nos manden”, concluyó. (Abel Miranda Ayala)

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