Urge construcción de un penal para reos del orden federal en el Estado

El Gobierno del Estado urgió al Gobierno de la República para que se construya en Guerrero un Centro de Federal de Readaptación Social (CEFERESO), a fin de que en él sean recluidos los reos que están sentenciados o purgan condenas del orden federal, ya que son los que actualmente generan la sobrepoblación
en los penales de la entidad.
Además, también se solicitó que sean trasladados a otros penales más de 200 reos de alta peligrosidad, que no deberían estar en cárceles de Guerrero.
El secretario de Seguridad Pública estatal, Ramón Almonte Borja, agregó que es urgente trasladar a dichos presos, para disminuir el riesgo de hechos violentos autogobierno al interior de los penales, dado que los reos del orden federal por lo regular son los considerados de mayor peligrosidad.
Indicó que los reclusorios en los que hay mayor riesgo son los de Acapulco, Chilpancingo, La Unión, Zihuatanejo e Iguala, que son los por su excesiva población penitenciaria, aunque reconoció que la posibilidad de motines existe en todos, sobre todo si se toma en cuenta que algunos penales están instalados en casa o escuelas que fueron adaptadas para ser cárceles.
Sobre el penal de Acapulco donde la semana pasada se registró un amotinamiento que dejó un saldo de tres muertos y ocho heridos, el secretario de Seguridad indicó que ya se han tomado algunas previsiones como el desalojo total del “Ceresito” y la desarticulación de un centro de tortura que se localizó al interior del penal.
Añadió que además se puso a disposición del área de personal al que era director del penal, así como también al del CERESO de Iguala.
Por otra parte informó que el gobernador ha dado instrucciones para que trabajen en la construcción del CERESO de Huamuxtitlán, en el Distrito Judicial de Zaragoza, ya que los procesados y sentenciados de ese distrito judicial se encuentran en la ciudad de Tlapa, “y también se está estudiando la posibilidad de que se puedan construir dos centros para sentenciados, de tal manera que se pueda separar la población de internos sentenciados y procesados”, mismos que estarían ubicados en Chilpancingo y Acapulco.

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