LAS COSAS COMO SON…

Por Tomás Benítez Cano

SIMPLEMENTE NO SE VALE
Por irresponsabilidad de quién sabe quién, porque nadie quiere balconear a nadie, los habitantes de la colonia La Cinca ayer tuvieron que bañarse con aguas negras, y conste que aunque tienen a pie de casa el Huacapa, no fue con el maloliente líquido de ese río, sino de la que llaman agua entubada, la normal, esa que sale de la
regadera.
Lo grave del asunto es que los colonos no sólo se dieron su chapuzón, sino que muchas familias hasta la consumieron o, en el menor de los casos, la almacenaron en sus cisternas.
Resulta que los empleados de Protección Civil o los de Servicios Públicos e Imagen Urbana, o a dónde pertenezcan, lo cierto es que cobran en el Ayuntamiento capitalino, desazolvaron la olla del drenaje de aguas negras y la barranca que desemboca en el carril que viene de sur a norte de la carretera Chilpancingo-Petaquillas, a la altura de la colonia las viudas de Huautla, pero al realizar esos trabajos rompieron el tubo de la toma de agua que va a dar a la Cinca y, como no lo repararon rápido, sirvió de cause para las aguas negras.
Los trabajos de desazolve se realizaron los primeros días de la semana y nadie se dio cuenta de que los mencionados trabajadores habían causado daños a los tubos de la red de agua que va a la colonia La Cinca, sino que fue hasta ayer cuando salió todo a relucir, debido a que –como casi todos los jueves—la gente se previene para almacenar agua porque es el día que les cae. Sin embargo, en esta ocasión el agua apestaba a rayos y era color chapopote. Pocos, muy pocos, fueron los vecinos que se dieron cuenta de tan terrible situación, y los que lo hicieron de inmediato buscaron al responsable de “echar el agua”, que es empleado de la CAPACH, quien --en un principio-- fingía no saber nada, pero ante el enojo de los colonos, soltó la sopa:
“Los que desazolvaron la barranquita y la olla del drenaje profundo, allá arriba, rompieron la tubería de la toma de agua que viene a esta colonia”, y pues toda la red se llenó de aguas negras, mismas que fueron a dar a los tinacos y a las cisternas, contaminando –obviamente—el agua semilimpia que tenían esos almacenamientos.
Total que muchas familias se bañaron con esa agua, incluso otros hasta la consumieron o la ocuparon para labores de la cocina, porque nadie avisó. Fue hasta que algunos empezaron a percibir un olor a caño y al buscar la fuente, se dieron cuenta que era el agua. Sí eran aguas negras lo que caía de las llaves. Lo malo del asunto es que la gran mayoría de la gente de La Cinca no se ha dado cuenta de esta horrenda situación, puesto que muchos salen a trabajar muy temprano y otros están de vacaciones, y lo más seguro es que van a seguir utilizando el agua.
Siendo testigo el propio empleado de CAPACH, los colonos –que si se dieron cuenta de esta irregularidad-- esperaron más de tres horas para que saliera agua semilimpia de las llaves, además de que comenzaron a vaciar y a limpiar las cisternas y los tinacos, con la promesa del trabajador del Ayuntamiento que hoy “echará agua”, ya limpia. Son ríos de agua desperdiciada, pero no queda de otra.
Sin embargo, el problema no puede terminar como si nada hubiera sucedido, es necesario que las autoridades competentes hagan acto de presencia para tomar las medidas pertinentes. No es un asunto menor. Estamos hablando de que toda la tubería del sistema de agua de la colonia se contaminó con las aguas negras. Estamos hablando de miles y miles de litros de agua que se están tirando, estamos hablando que los almacenamientos tienen que ser desinfectados y supervisados antes de volverse a llenar.
Señor presidente municipal, señor director de la CAPACH, sabemos que no es su culpa lo que sucedió, pero es cierto que los responsables son sus subordinados, por lo tanto tienen la obligación de tomar medidas correctivas, porque ya es una costumbre que los trabajadores municipales corrigen algo dejando otros desperfectos mayores, o como dice mi abuelita: tapan hoyitos y dejan boquetotes abiertos.
Lo que la hicieron a La Cinca, simplemente no se vale.

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