LAS COSAS COMO SON…

POR: Tomás Benítez Cano

¿QUE VAN HACER…USTEDES?
Ante la creciente ola de violencia que se registra en Guerrero, el arzobispo de la arquidiócesis de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, afirmó que para construir la paz se requieren gobernantes y ciudadanos que estén dispuestos a entregar su vida, y reiteró que los medios de comunicación abonan ese clima de violencia e
inseguridad, de ahí que haya sugerido a éstos ser más cuidadosos en su misión de comunicar, presentando las noticias con mayor objetividad.
Por supuesto que el arzobispo no se refirió al significado literal de la oración, sino al sentido religioso, específicamente lo que hizo Jesucristo para salvar a los demás: entregar su vida. Aunque esto lo pueden hacer los gobernantes y los ciudadanos, pareciera que la misión les queda como traje a la medida a ellos, los curas. Sin embargo, nada tonto, agrega “en el caso de la iglesia católica, hace horas santas por la paz, talleres de educación por la paz…”O sea, nada comprometedor. Para eso están los demás…
Lo anterior es una prueba más de que ante la gravedad del problema y los altos riesgos que se corren intentar atacarlo, nadie, absolutamente nadie, asume su responsabilidad. Por ejemplo, los tres niveles de gobierno pierden más el tiempo echándose la culpa mutuamente de su inacción, que en afrontar el problema; mientras que la ciudadanía pretexta qué cómo va a participar denunciando si ningún cuerpo de seguridad es confiable, y así nos la llevamos, como que no vemos ni sabemos nada. Que lo hagan otros…
Sin embargo, más temprano que tarde te tienes que enfrentar a tu realidad, como los niños y los jóvenes de la Tierra Caliente, quienes no cumplirán sus sueños acariciados por muchos años, que son los festejos con motivo de haber terminado la primaria, la secundaria o preparatoria. Nada de ceremonias ni pachangas. Les entregarán sus documentos oficiales en sus respectivos salones de clase. Los maestros no quieren exponer a sus alumnos a una tragedia. Hacen bien. Que Dios los proteja, porque las autoridades que tenemos…


HABLANDO DE PELIGROS

Antes de los ochentas, el ejercicio del periodismo en Guerrero se concentraba en los municipios más grandes de la entidad y los que lo hacían eran pocos, la gran mayoría periodistas empíricos, hechos en el fragor diario, conocedores no solo de las técnicas del oficio, sino de los grandes riesgos que representaban los caciques regionales y pueblerinos, incluso, otros políticos letrados pero que no estaban acostumbrados a las críticas en los medios de comunicación. Conozco cientos de anécdotas relacionadas con atropellos y agresiones a mis compañeros en aquellos tiempos de salvajismo.
Sin embargo, nunca como ahora ha habido tanto asesinato de colegas. Pareciera que en estos tiempos de civilización las tareas de los que se dedican a esta ingrata profesión serían menos peligrosas. Lamentablemente no es así, y en tan pocos años, sobretodo en el período del nefasto Zeferino, se registraron varios hechos de sangre que enlutaron a la familia periodística. Cómo olvidar a mis entrañables amigos Misael Tamayo y Amado Ramírez.
Ahora, en menos de un mes, se registran la desaparición de Marco Antonio López y la muerte del hijo de nuestro camarada Julio El Chicharrón, joven de apenas 18 años y que se iniciaba en el trabajo de los medios de comunicación. Vaya una plegaria para las víctimas y un saludo solidario para las familias dolidas.

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