LAS COSAS COMO SON…

POR: Tomás Benítez Cano
QUE IRONIA: EL QUE TIENE QUE ATENDER NECESITA SER ATENDIDO.


Sin caer en lo superlativo ni parecer agoreros del desastre, hoy alertamos que si el gobierno de Angel Aguirre Rivero no le mete mano —pero en serio y de inmediato— al sector salud, éste tocará fondo como el educativo, y, por supuesto, que esto nos hundiría aún más en el atraso.

Aunque son múltiples los problemas que se ventilan diario en los medios de comunicación, la verdad es que ni aún así reflejan en toda su magnitud la grave situación que se vive en el renglón de la salud, y no es una radiografía completa porque solo medio sabemos de lo que ocurre en los centros urbanos pero no de lo que sucede en las comunidades rurales, donde ni los trabajadores ni los usuarios tienen al alcance los medios para hacer sus denuncias.
Sin embargo, ni falta hace que se den a conocer en los medios de comunicación porque los pobladores aprovechan cualquier interlocutor para extender la voz de que los centros de salud o casas de salud de las comunidades rurales solo existen físicamente, pero de prestar servicio nada, porque no hay médicos ni medicamentos, como lo corroboramos en un recorrido por la región de Tierra Caliente.
Pero con el fin de que las autoridades de la Secretaría de Salud puedan constatar las innumerables deficiencias en la prestación de estos servicios a la población, pueden acudir al céntrico Centro de Salud (así, con rebusnancia incluida para resaltarlo) de la alameda Granados Maldonado de esta ciudad capital, donde te niegan consulta (sobre todo los sábados) porque no hay termómetros o está descompuesto el aparato o equipo que ocupa el dentista, además que es muy común recibir el clásico “espere un ratito, acaba de salir la compañera o compañero, pero luego vuelve”.
También pueden acudir al Centro de Salud del barrio de Tequicorral, donde, para empezar, jamás encuentras al coordinador Hugo Hernández Sánchez, ¡a la hora que lo busques!, siempre “salió tantito”, dicen las enfermeras. Luego, si usted corre con suerte y encuentra al dentista u odontólogo Gustavo Gatica, para que lo pueda atender le dan una cita para dentro de 15 días, y cuando por fin se llega la fecha, el señor no está porque anda buscando una pieza del vetusto equipo. ¿Cuándo vengo? “No sabemos porque sólo él da las citas, nosotros no las agendamos”, te dice la enfermera en turno, quien por nada del mundo te revela el nombre del irresponsable profesionista.
Lo mismo sucede en el Centro de Salud de la colonia San Juan, donde se conjuga la falta de equipo y medicamentos con las condiciones laborales y el desinterés del personal. Otra opción que tiene don Lázaro Mazón, titular de la SS en Guerrero, es aceptar la invitación pública que le hicieron los del Centro de Salud de la colonia del PRI, también de esta capital, para que vea cómo y en qué condiciones están funcionando.
Sin embargo, el caso más emblemático de la decadencia de los servicios de salud y de la complicada problemática laboral que vive el sector, lo constituye el Hospital General de Coyuca de Catalán, dónde regularmente no hay ni gasas mucho menos medicamentos que requiere la medicina especializada. Aunado a lo anterior, aquí es muy común que en lugar de que te alivies empeores, porque siempre está descompuesto el aire acondicionado. ¡Imagínense qué es lo que siente un individuo encerrado en un cuarto de un hospital en pleno Tierra Caliente y dónde la temperatura está a más de cuarenta grados! Por si fuera poco, el no recibir a todas las parturientas es cosa de todos los días, bajo el argumento de que no existen camas disponibles ni el personal que se requiere.
Infraestructura insuficiente y sobrecarga de trabajo son los pretextos a los que más recurren los trabajadores ¿y su desdén y falta de compromiso, qué?
Sean cuales sean las razones, lo cierto es que ES URGENTE QUE SE ATIENDA AL SECTOR SALUD porque está grave. Más allá de quién sea el titular de la SS, es impostergable que se instrumenten medidas inmediatas y eficaces para levantar y reavivar a este moribundo sector, donde lo más patético es que las pocas medicinas que llega a tener se echan a perder.

Comentarios