LAS COSAS COMO SON…

Por Tomás Benítez Cano

AGUAS CON LOS PANISTAS
Aquello de que la teoría (universitaria) dista mucho de la praxis o realidad cotidiana es tan cierto que a veces hasta dudas de las enseñanzas de señorones como Crespo, Krause, González Casanova y compañía, quienes coinciden en definir al PAN como un partido conservador. Ellos son verdaderos especialistas en la materia,
por lo que sus conclusiones son muy respetables. Sin embargo, la realidad y el diccionario, inducen a no quedarnos para siempre con dichos razonamientos, clasificaciones y calificativos.
De antemano pido disculpas por lo irreverente y más cuando no tengo las dotes intelectuales de las que gozan los politólogos antes mencionados. Además, cómo me gustaría que esta columna fuera leída por la doctora Rosa Isela Ojeda Rivera, para que me diera su punto de vista y, por supuesto, también demando el de usted, que es igual de valioso.
En primer lugar, el diccionario define el término conservador como aquel que tiene ideas políticas contrarias a las innovaciones. Prudente. Moderado. En la actualidad ninguno de los tres conceptos podría ser un traje a la medida de los panistas, porque donde han sido gobierno incluyeron figuras jurídicas de avanzada que han permitido ir consolidando la democracia en nuestro país y ser más eficientes en el campo administrativo.
Por otra parte, de prudentes y moderados ya no les queda nada a los panistas, sobre todo ahora que han gozado las mieles del poder que da el tener la presidencia de la República. Durante los últimos dos sexenios han usado ese poder sin rubor ni recato alguno, con tal de seguirlo conservando. Ahí está la guerra sucia que Vicente Fox, en su calidad de presidente de México, le orquestó a Andrés Manuel López Obrador, cuando éste iba punteando en aquella campaña presidencial. Como es evidente, en ello jamás se vio prudencia o moderación, al contrario, el entonces presidente y el PAN se le fueron con todo al famoso Peje.
En la actualidad, son muchos los casos que demuestran cómo actúa el presidente panista para ayudar a su partido a ganar y/o conservar el poder. Sobresale el michoacanazo, las filtraciones de las supuestas relaciones con el narco de los candidatos priistas a gobernadores en Guerrero y otros estados.
Ahora que se ven en una holgada desventaja en el proceso electoral del Estado de México, el gobierno panista aprehendió y exhibió como un vil delincuente (que lo es pero no fueron las formas) a Jorge Hank Rhon, quien a pesar de tener todos sus negocios chuecos y derechos en Ciudad Juárez, Chihuahua, es oriundo y miembro de una de las familias de mayor abolengo de Atlacomulco y todo el Estado de México. El panismo consideró que al denigrar y relacionar a Hank con el viejo PRI mexiquense, bajarían las preferencias electorales de este instituto político y su abanderado Eruviel Avila.
Por si fuera poco, y utilizando el mismo mecanismo –primero la filtración al periódico Reforma, luego un linchamiento mediático, para terminar con la amenaza de denuncia o la denuncia penal-- ahora arremetieron contra el secretario de Finanzas del CEN del PRI, un achichincle de toda la vida del dirigente Moreira, a quien acusan de enriquecimiento inexplicable o ilícito, pues de ser un simple gato de angora ahora es un prominente empresario internacional.
Con razón o sin ella, lo cierto es que el PAN ya no es el partido conservador como antes lo definían, ni siquiera en el sentido frívolo o chusco, ya que ya no están en contra de la minifalda y ya discuten sobre el aborto. Es más, hasta uno de sus diputados en el DF, el tal Pancho Cachondo, posó desnudo para deleite de unas cuantas. Todo va cambiando… y estos cuates no fueron la excepción. Los antes gatitos ahora son unos verdaderos tigres.

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