EL ADIÓS A UN GRAN AMIGO

(Juan Antonio Guevara Campillo.-Nikita)
(19/06/2011)

¡Y bien!, aquí estás ya, sobre la plancha
donde el gran horizonte de la ciencia
la extensión de sus límites ensancha.

Aquí donde la rígida experiencia
viene a dictar las leyes superiores
a que está sometida la existencia.


Aquí donde derrama sus fulgores
ese astro a cuya luz desaparece
la distinción de esclavos y señores.


Aquí donde la fábula enmudece
y la voz de los hechos se levanta
y la superstición se desvanece.


Señoras, señores, amigos de la familia García Meneses, hoy 19 de junio de 2011, los señores Leonardo García Chávez e Hilda Meneses Casimiro, padres de nuestro estimado y gran amigo Ramiro García Meneses, así como sus once hermanos que junto con todos nosotros están presentes dándole el postrer adiós, nos sentimos profundamente consternados por la irreparable pérdida de este gran hombre, este gran amigo que Nikita y todos sus compañeros árbitros, lo conocimos, sabedores que Ramiro fue para todos nosotros como un hermano, un hombre justo, un hombre cariñoso con sus padres y hermanos, un hombre soñador que desde muy pequeño se inclinó por el deporte, un hombre callado, humilde pero de un gran corazón.
Ramiro amigos míos, fue un hombre valioso, fue un hombre dinámico y entregado siempre a su pasión que fue el arbitraje, un árbitro profesional de fútbol que inició su carrera en el puerto de Acapulco, bajo el mando de don Urbano Magdaleno Pérez, quien vio en él, a un gran prospecto en el arbitraje y que al paso del tiempo con la constancia propia que tenía Ramiro, logró su sueño, ser árbitro profesional, y quiso la suerte que fuera parte integral de nuestro Colegio, el “Jesús Alberto Morales Arvizu”, en esta ciudad de Chilpancingo, siendo pieza importante y fundamental, para que otros compañeros siguieran sus pasos en el profesionalismo, como son: Ángel López Flores, Baltazar Salas Ávila, Benito Morales Esquinca, Christian David Memije Meza, Román Herrera Cid, Junior Cabrera Macedo, entre otros, para que se animaran y siguieran sus pasos. Hoy por mi conducto ellos, y muchos árbitros que lo conocieron y convivieron con él, pasan lista de presentes.


¡Ah!, de tu corazón, sólo ha quedado 
nadie escucha de él, ningún lamento
vas a morar por siempre abandonado,
por este mundo que tanto habías amado
y que fue el verdugo de tu acento.

Así fue, increíblemente el destino le hizo a Ramiro, una mala jugada, ya que él siempre se dedicó en cuerpo y alma a su profesión que tantas satisfacciones le dieron, fue un hombre muy profesional que a diario entrenaba, que jamás tuvo malos hábitos, alejado por completo de los vicios tan comunes hoy en día, y ¿qué pasó?, entrenando como siempre lo hacía, allá, en los Ángeles California, Estados Unidos; en donde era pieza fundamental de un enorme colegio de árbitros que sumaban casi cien, el destino le tenía preparada una última y amarga sorpresa, le falló el corazón, y ahí quedó, en un campo de fútbol, su segundo hogar,
Pero, Dios Todopoderoso, conociéndolo le concede ahora a Ramiro, la oportunidad de descansar por siempre en un campo de fútbol, aquí, a partir de hoy, sancionará su juego eterno, su gran juego, el juego de la eternidad, el juego de los justos, aquí donde terminan amigos míos, todas las ambiciones humanas. ¡Descansa en paz amigo Ramiro, Nikita, y todos los árbitros del mundo, elevamos desde este cementerio, una oración eterna al Todopoderoso, a Dios Padre, con el que seguramente ya estás allá, en la eternidad, donde descansan los justos. Así sea.
La familia García-Meneses, por mi conducto agradecen su presencia y las muestras de afecto y cariño a todos los amigos que los acompañaron y fortalecieron en estos momentos tan difíciles, dándoles el calor y la comprensión de los verdaderos amigos. Muchas gracias.

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