Por gentil, amable y tratar de hacer su “luchita”, combiero fue a parar al bote

Portarse gentil y amable y también por tratar de hacer su “luchita” con una pasajera, el chofer de una Urvan del servicio público de la ruta Mercado-Antorcha Popular, fue enviado a barandilla por la presunta víctima pues ella consideró la actitud del chafirete como “acoso”.

Jacqueline Parra Rendón, de 31 años de edad, vecina de la colonia Rodolfo Neri, explicó a los abogados del ilegal Departamento Jurídico de la Policía Municipal que a las ocho y media de la mañana de ayer, en el ex Libramiento a Tixtla, frente a la colonia Antorcha Popular, abordó la camioneta Urvan del servicio público marcada con el número 477, pues tenía que trasladarse al mercado central.
Como se sentó en el asiento delantero —el del copiloto— el chofer de la urvan la conoció inmediatamente pues no era la primera vez que se subía a esa unidad, por lo que para “romper el hielo” se le hizo fácil hacerle platica y para empezar le ofreció el periódico que llevaba en el tablero de la camioneta y momentos después le preguntó su nombre y le pidió su número de celular con el fin de entablar una amistad, dijo la propia presunta “víctima”.
Debido a que Jacqueline consideró que el chofer la acosaba, al llegar al mercado central solicitó el auxilio de los policías municipales a quienes pidió lo detuvieran, por lo que el presunto “acosador” fue llevado con todo y urvan a la delegación de barandilla, donde se identificó como Marco Antonio Organista Lorenzo, de 32 años de edad, vecino de la calle Andador número 21 lote 19, manzana 26 en la colonia Zapata.
El urvanero fue encerrado tras las rejas pero nada más por alteración al orden público pues el juez calificador consideró que no se tipificaba el delito de acoso, debido a que nunca le hizo proposición indecorosa alguna, pues al pedirle su número de teléfono celular muy fácilmente ella le pudo haber dicho que no y punto.
Dicen los policías que ya tras las rejas, Marco Antonio lamentaba haber tratado de ser amable y también “se la mentaba” a Jaqueline por haberlo mal entendido y enviado a la cárcel municipal y tan era su enojo que dijo que de ahora en adelante conducirá su unidad con cara de sargento mal pagado pues prefiere eso a ser enviado otra vez a barandilla por gentil. (Ruperto González Carbajal)

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