LAS COSAS COMO SON…

POR: Tomás Benítez Cano

ESCONDER LA INFORMACION, PRACTICA ARRAIGADA EN GUERRERO.


La versión popular de que en México “mientras el centro piensa y el norte trabaja, el sur duerme”, pareciera que es un traje que cada día nos sienta mejor. Desgraciadamente a todo (lo bueno) llegamos tarde. Es triste pero cierto que en la mayoría de los casos siempre vamos o estamos en la cola, trátese de lo que se trate. Y
los que saben, dicen que esto es producto o se debe a una cuestión cultural.
Obviamente que antes de llegar a esta conclusión, el grupo interdisciplinario que realiza el estudio enumera una serie se sesudos razonamientos que vamos a omitir por cuestión de espacio y para no aburrir a los lectores. Simplemente nos quedaremos con que el comportamiento, la actitud y la conducta son inherentes a tu cultura.
Sirva todo lo anterior para abordar nuevamente el tema de la transparencia e insistir que –una vez más-- estamos llegando tarde a este que es un principio característico de toda sociedad democrática. Hay infinidad de ejemplos de opacidad en nuestro solar, y los hay tanto en los tres niveles de gobierno como en los tres poderes, así como en organismos que pudieran ser la punta lanza de este cambio de conducta, por el simple hecho de “estar ciudadanizados”.
Me voy a referir al Instituto Estatal Electoral de Guerrero (IEEG), el cual, sin duda alguna, es una de las conquistas ciudadanas más significativas rumbo al establecimiento de un sistema democrático, puesto que con la creación de este organismo el gobierno dejó de meter las manos en las elecciones (ahora son los partidos quienes las meten a través de los consejeros “ciudadanos”, pero este no es el tema, por hoy).
Con la creación del IEEG el objetivo era precisamente TRANSPARENTAR los procesos electorales, de ahí que se le haya dado el carácter de autónomo, ciudadanizado e independiente, además de que se le dotó de personalidad jurídica y patrimonio propios. En otras palabras, el entramado legal está diseñado para que sea un EJEMPLO DE PULCRITUD, CLARIDAD Y TRANSPARENCIA.
Desafortunadamente, en la vida práctica y cotidiana las cosas no son así. Si usted va a las oficinas del mencionado Instituto, a pedir cualquier tipo de información, tiene que esperar horas para que lo atiendan, después de que llega la persona y le hace saber su solicitud, de inmediato y en automático lo remiten a la pomposa página electrónica.
Sin embargo, el dichoso portal no contiene información elemental y que tiene que ver precisamente con la transparencia, por ejemplo no está la cantidad del presupuesto del organismo, el salario de los consejeros electorales y la plantilla laboral actual.
Las tres cosas son públicas no solo en los países desarrollados sino aquí mismo en México, pero en Guerrero no.
Después de demostrarle al personal de la UNIDAD DE TRANSPARENCIA del IEEG que la información que buscas no está en la página electrónica, te piden que llenes un formato --que no es otra cosa que una solicitud por escrito-- y te dicen que la respuesta la tendrás en 15 días, siempre y cuando, repito, siempre y cuando, esa información no esté considerada como CONFIDENCIAL O RESERVADA. ¡Hágame usted el favor!
Las cantidades que sean del presupuesto y el salario de los consejeros, ya no nos interesan, porque lo cierto es que se despilfarra mucho dinero para mantener a este organismo, sobre todo cuando no hay elecciones. El Congreso del estado debiera tomar cartas en el asunto pero ya, porque no es posible que estos seis consejeros tengan sueldos de privilegio sin hacer nada. Ahora mismo, con dinero del pueblo, andan en Guadalajara dizque para conocer cómo se dio el empate de las elecciones locales y federales. Tampoco se vale que se les dote de vehículos lujosos si su trabajo se centra en Chilpancingo, pues cuando llegan a visitar un Consejo Distrital o Municipal, se pueden ir en una sola unidad. Es mucho dinero que se gastan en gasolinas en viajes de placer, porque es muy frecuente encontrarse a estos personajes en los lugares de recreo utilizando estos vehículos oficiales.
Por si fuera poco, con parientes y amigos han acrecentado la plantilla de personal que no hace absolutamente nada cuando no hay elecciones. Debieran aprender del IFE: sin escatimar contratan a la gente cuando verdaderamente se utiliza, cuando hay elecciones.
Aunque todavía faltan algunos meses para agendar la reforma a la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado, el Congreso ya debe ir pensando en los candados que hay que poner para frenar los abusos de estos consejeros, a quienes ya les gustó vivir bien del erario y, por lo menos dos de ellos, sueñan en convertirse en magistrados electorales.
Visiten el IEEG y entenderán el por qué estamos tan jodidos.

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