LAS COSAS COMO SON…

POR: Tomás Benítez Cano

NUESTRAS MISERIAS


Nuestro estado de Guerrero, junto con Oaxaca y Chiapas, conforman el triangulo de la pobreza extrema en México, según la información oficial del INEGI, CONAPO y el Gobierno del Estado, entre otras fuentes consultadas. Además, en muchas partes de la geografía suriana se viven y se padecen repugnantes binomios
como injusticia e impunidad, discriminación-marginación y violencia y muerte.
Para el propósito que perseguimos en esta entrega, sólo enlistaremos algunos de los indicadores socioeconómicos que utilizan estos organismos para medir el grado de desarrollo o pobreza de un país, estado, municipio o comunidad. Veamos, pues.
Guerrero ocupa el segundo lugar nacional en analfabetismo con un 22% , cuando la media oscila entre el 9 y 9.5%; en marginación de sus viviendas, nuestra entidad ocupa el segundo lugar nacional, ya que el 40% de ellas tienen pisos de tierra, el 29% no tienen agua entubada y el 47% no tienen drenaje; en materia de salud la cosa está peor, ya que el 95,9% de la población indígena no tiene acceso a estos servicios, además de que aquí la mortalidad materna es la más elevada del mundo. Por si esto fuera poco, la mortalidad infantil es de 89 niños por cada mil, cuando el promedio en el país es de 28. En cuanto a energía eléctrica en los hogares, Guerrero junto con Oaxaca y Chiapas se llevan el último lugar.
Respecto a los ingresos, el 24% de la población indígena guerrerense recibe menos de un salario mínimo mensual (leyó usted bien) y más de un 5% que no percibe ingresos. Como estado generador de empleos, estamos también en la cola.
A todo lo anterior, hay que agregar que nuestra entidad cuenta con 2 municipios que están clasificados entre los más pobres del mundo y 22 más que tienen una población con altos índices de desnutrición.
En suma, Guerrero ocupa a nivel nacional el penúltimo lugar en desarrollo, según estos indicadores.
Pero lo más desalentador es que quienes deberían encabezar los esfuerzos y acciones para revertir esta devastadora situación, la mayor parte del tiempo lo pierden en banalidades y reyertas que al pueblo nada dejan, demostrando con ello también su pobreza.
Cómo es posible que en lugar de dedicar su tiempo, su esfuerzo y el dinero del pueblo al desarrollo, lo pierdan en pleitos y confrontaciones que a nadie, absolutamente a nadie, convienen. El circo que han armado ciertos políticos en estos últimos días, la verdad que deja mucho que desear y refleja la estatura y calidad que tienen.
Se ven ridículos pagando apoyos y aliados; es verdaderamente grotesco escuchar a paleros que no saben ni hablar, mucho menos contextualizar el problema. Esos recursos, que son del pueblo, debieran aprovecharlos para resolver las necesidades de la gente.
¿Dónde está ese compromiso con la gente, consigo mismo y con el progreso de Guerrero?, ¿A caso a estos señores no les aterran las estadísticas y cifras que acabamos de enumerar?
Cuántas veces no hemos escuchados decir a esos mártires que todo lo que hacen es por el pueblo, pues llegó la hora de demostrarlo: déjense de pendejadas y pónganse a trabajar.
No te doy nombres mi aguzado lector porque ya los ubicaste. Sí, son esos involucrados en el mitote de que si está bien o está mal que sean llamados a declarar ante la Procuraduría General de Justicia del Estado.

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