Falta de control en la venta de agua embotellada, denuncian

Aunque las leyes federales en materia de salud establecen normas claras y precisas que deben cumplir las embotelladoras de agua purificada que se vende para el consumo humano, la falta de capacidad de la Secretaría de Salud estatal para supervisar la venta de garrafones propicia que muchas purificadoras estén
poniendo en sus propios hogares plantas que no cumplen con las medidas de pureza mínimas para ser consumida.
La situación se ha vuelto evidente en colonias populares, en donde diariamente se despliegan decenas de camionetas vendiendo garrafones llenos del vital líquido que no cuentan siquiera con una etiqueta que identifique en dónde o por qué empresa fue envasado, información nutrimental o cuando menos el contenido neto.
La señora Claudia Martínez, vecina de la Tercera Calle de la Colonia del PRI, mostró un garrafón que compró el martes de la semana pasada en una de estas camionetas, el cual al ser destapado no solo despide mal olor, sino que además en las orillas del recipiente se formaron manchas verdosas.
El garrafón tiene una tapa azul, misma que está recubierta con un sello de color blanco, aunque no presenta ningún identificador de que embotelladora fue la que lo puso en el mercado.
Comento que no es la primera vez que un garrafón sale con agua sucia o maloliente, ya que anteriormente también compró un garrafón a una camioneta que en sus portezuelas decía la Sierrita y pudo reclamar al chofer, sin embargo la respuesta fue que no se podía hacer nada, porque ellos son solamente vendedores que van, compran en la envasadora, y vienen a venderlo.
Le señalaron que en todo caso, el reclamo debería hacerlo directamente en la empresa que vende el producto, aunque tampoco se sabe en donde se encuentra ésta.
La mujer dijo desconocer si se puede poner una queja al respecto, sin embargo preferiría pagar los 12 pesos que costó el garrafón, por no perder tiempo, ya que al final no resolverán el problema de fondo.
“Quizás lo mejor sería hacerle un llamado a las autoridades para que instalen filtros sanitarios para tener una vigilancia permanente del agua que sale de las embotelladoras y que es la que consume la gente de Chilpancingo, pues de ahí podría provenir el detonante de una epidemia de enfermedades”.
La norma Oficial Mexicana NOM-201-SSA1-2002, que es la que establece los lineamientos que tiene que ver con el proceso de envasado, comercialización, almacenamiento y otras actividades que tiene que ver con el agua y hielo para el consumo humano, es muy estricta y rígida, en sus especificaciones.
De esta manera, si se cumplieran al pie de la letra no habría a la venta agua de mala calidad, pues la normatividad exige a las empresa estrictos controles de calidad en los procesos de purificación y envasado; las obliga a tener instalaciones adecuadas, personal calificado y certificado, además de archivos con las bitácoras de producción, en los que se tenga información de cada bote o garrafón de agua que sale al mercado, lo que evidentemente no se cumple en gran parte del Estado, ya que existen decenas de plantas envasadoras que han proliferado en los últimos años. (Abel Miranda Ayala)

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