Empleados de confianza se niegan a renunciar; quieren “indemnización”

GRAVE PROBLEMA DEL GOBIERNO DE AGUIRRE RIVERO PERO TAMPOCO LOS NUEVOS HAN FIRMADO RENUNCIAS


A unos días de que la nueva administración gubernamental cumpla un mes, los flamantes funcionarios no terminan de acomodarse ni encuentran la manera de hacerlo, pues cientos de empleados de la administración anterior se niegan a presentar su renuncia voluntaria y permanecen en sus oficinas del Palacio de Gobierno en
espera de ser despedidos y consecuentemente, indemnizados.
Y como el Gobierno del Estado no tiene la intención de pagar millones de pesos por concepto de despido a los trabajadores conocidos como “de confianza” , resulta de lo más incómodo ver como en las distintas áreas de la estructura gubernamental conviven –casi hacinados-, los nuevos funcionarios con los viejos.
Pero aún con el problema encima, esta administración comete el mismo error que la anterior y todas las demás; no exigen a sus empleados que al mismo tiempo de que firmen sus contrataciones, rubriquen también sus renuncias, las cuales se harían efectivas al momento de concluir el gobierno en turno o antes, con lo cual le ahorrarían graves problemas y muchos millones de pesos al Estado.
De la administración pasada de Zeferino Torreblanca Galindo, quedaron pendientes de finiquitar los laudos a favor de unos 10 mil empleados que en su momento demandaron al Gobierno del Estado por haber sido despedidos injustificadamente en aquella labor de “limpieza que acometió el gobierno del Contador Torreblanca y que la verdad solamente afectó a humildes burócratas, ninguna de aquellas “ratas gigantes” que tanto denunció en su campaña.
El Gobierno del Estado es el principal empleador en una entidad que como Guerrero, padece de una grave falta de desarrollo en casi todos los órdenes. Pero nó, todos los que ingresan a las nóminas oficiales, creen que con ello tienen asegurado su futuro para siempre, lo que al inicio de cada administración genera erogaciones millonarias por concepto de indemnizaciones.
Y otro aspecto que tampoco debería pasar desapercibido para quienes tienen que irse voluntariamente, es que todas las chambas de primer y segundo nivel, casi siempre se otorgan a los cuates, los compadres, los parientes, los amigos de los hijos, de las esposas, de los tíos, etcétera. Es decir, por mero influyentismo, porque los pobres intendentes que apenas ganan para mal comer ni se preocupan, porqué, ¿a quién le interesa trabajar limpiando los pisos o los baños de las oficinas?...Casi a nadie, por eso, es muy extraño el caso de que los empleados de hasta abajo sean despedidos, porque nadie les pelea sus puestos.
Pero aquellos que ganan salarios millonarios y que en los seis –en este caso cuatro y ocho meses- años que dura el gobierno ven como aumentan sus cuentas bancarias de la noche a la mañana, lo menos que pueden hacer es tener la decencia de irse, de renunciar y dejar que lleguen los nuevos.
Porque ahora, muchos de los flamantes funcionarios, por lo menos los que ya recibieron sus nombramientos, ya llegaron y se posesionaron de sus oficinas, por lo que los de la anterior administración que no se quieren ir, pululan por los pasillos y se mueven como zombis de un lado a otro. Por la mañana checan sus tarjetas de entrada y a media tarde de salida, para justificar que cumplieron y fueron a trabajar, aunque ya no estén haciendo absolutamente nada, solo esperando que los liquiden.

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