Ignacio Flores, técnico de Frailes Homape estuvo aquí

A sus 58 de edad, vestido de manera casual con playera azul tipo polo y pantalón de gabardina, Ignacio Flores Ocaranza, visitó por vez primera la capital de Guerrero, Chilpancingo, apareciendo en el banquillo del
equipo Frailes Homape, filial de Tercera División Profesional del equipo de sus amores, Cruz Azul; dentro del juego que perdieron ante Avispones por 2-1. Muy atento en su persona, Nacho Flores nos atendió la entrevista y de entrada dijo que era primera vez que visitaba Chilpancingo, sorprendiéndole el avance de la ciudad y los jugadores con lo que cuenta el cuadro de Avispones, “de los cuales algunos, sí se lo proponen pueden llegar a la primera división”.
A pregunta expresa de la evolución del fútbol, el cruzazulino de corazón, remata: “en la época en que a mí me tocó jugar, lo arrancaban a uno prácticamente del llano y lo llevaban al profesionalismo; ahora el jugador lleva todo un proceso formativo en donde se requiere llevarlos paso a paso”. En el caso del equipo que ahora dirige, comentó que Frailes Homape depende del Centro de Formación Cruz Azul, con el que ascendieron de la 4ª División la temporada pasada, “en estos momentos trabajamos con jóvenes para promoverlos a fuerzas básicas, a sub-17, sub-20 y que en un futuro no muy lejano aparezcan en primera división”.
Cambiando de tema, abordamos lo que fue su estancia en Cruz Azul y de inmediato sonríe. “fui afortunado al estar con gente de la talla de Alberto Quintano, Miguel Marín, Javier ‘kalimán’ Guzmán, Héctor Pulido y Fernando Bustos, en donde además de jugar bien conquistamos cinco títulos para la afición cementera -71-72, 72-73, 73-74, 78-79 y 79-80-, tres de ellos consecutivos”. Dadas sus cualidades por la pradera derecha, Nacho Flores fue +convocado en 12 ocasiones a la Selección Azteca, participando en el Mundial de Argentina ’78. Tras casi 20 años de actividad en Cruz Azul, se retiró del fútbol el 4 de febrero de 1990 jugando al lado de su hermano Luis en contra del Guadalajara. Se dice agradecido con el Creador y piensa que no le falta nada. “Creo que conseguí todo lo que me propuse; salí a mano con el fútbol profesional al entregarle parte de mi vida como jugador y ahora como técnico, por lo que estoy a mano con el fútbol”, se despidió sonriendo.

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