Borbollón de aguas negras “nace” en plena avenida Insurgentes
mercado
hace menos de un año; una fuente de contaminación.
Abel
Miranda Ayala
A menos de un año de que fue cambiado
totalmente el drenaje de la avenida Insurgentes a una cuadra del Mercado “Baltasar
Leyva Mancilla” y pese a una inversión de cientos de miles de pesos, este
domingo el ducto se colapsó y las aguas negras brotan de las alcantarillas para
después correr encima
de la calle generando un serio foco de contaminación.
En meses recientes la circulación vehicular
sobre la lateral de la avenida Insurgentes desde “Las Parotas” hasta la calle
21 de marzo estuvo cerrada por obras de sustitución del drenaje, mismo que en
los últimos meses había tenido problemas de taponamientos, además de que se
trataba de tubería que fue instalada hace tres décadas.
Las obras de reparación duraron al menos dos
meses, pues se pretendió hacer una acción que durara muchos años, sin embargo
apenas unos meses después la tierra y basura que se generan en este lugar
taponaron el sistema por el que fluyen las aguas residuales.
El colapso del drenaje en esta avenida
representa un foco de contaminación mayor al que se puede presentar en
cualquier otra zona de la ciudad pues a este centro de abastos acuden miles de
personas diariamente a comprar víveres, mismos que son trasladados caminando
sobre las aguas residuales.
En días pasados colapsó la bóveda que se
encuentra bajo la calle 21 de marzo y por la que fluye el agua de la barranca “Las Calaveras”, de esta, toneladas de tierra
y basura brotaron y otra parte habría logrado insertarse en el sistema de aguas
pluviales, y fue lo que bloqueó completamente el flujo en el sistema de drenaje.
Cabe señalar que en esta avenida en la que el
drenaje fluye sobre el pavimento no hay ningún tipo de señalización, por lo que
las personas brincan sobre las aguas residuales e incluso las camionetas del
servicio público hacen parada a media calle obligando a los usuarios a
descender sobre el agua sucia.
De acuerdo con información obtenida en
Internet, la contaminación que se dispersa en este sitio, podría ser motivo de
una epidemia de enfermedades gastrointestinales y cólera.
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